jueves, marzo 29, 2007

¿Tú tambien te jodISSSTE?


Durante doce años trabajé en una institución en la cual tenía derecho a un montón de prestaciones sociales: préstamos sin interés, entrada e eventos culturales y recreativos, préstamos de vivienda, pago de gastos médicos y legales, servicio médico. Durante esos doce años coticé (que es la obscena palabra para decir que estuve pagando, junto con una una nómina inmensa de trabajadores al servicio del estado, por todas esas prestaciones) al ISSSTE que era la institución que tendría que hacerme más llevadera la vida, la enfermedad y, en su caso, la muerte.
Ver la forma en la que nuestros heroicos congresistas (siento un resquemor al decir "nuestros", yo no voté por esa bola de patanes irresponsables que sólo miran por su propio beneficio) aprobaron las reformas a la Ley de pensiones del Instituto mencionado, no hace más que convencerme de algo que tiene que ver con mi vocación de pesimista: en este país todo está y todo va a estar de la chingada.
Esto lo pienso en los días en que salgo de una infección respiratoria tremenda (el sábado y el domingo fueron apocalípticos por decir lo menos) en la cual me tuve que enfrentar a varias realidades: mis defensas y anticuerpos están demasiado bajas, el estrés me consume, no es divertido estar enfermo (aunque eso implique no ir a trabajar), las medicinas están carísimas. El trabajo en el que estoy actualmente carece por completo de algún esquema de seguridad social; contratado bajo el régimen de prestador de servicios pareciera que la idea de servicios médicos, financieros y de vivienda se encuentra en una galaxia muy muy lejana. Alguien diría que el sueldo lo justifica. Yo insisto en que las medicinas, con todo y mi sueldo, son demasiado caras.
Pensar entonces en un trabajador que gane en promedio 1000% menos que yo, que se enferma de lo mismo y que no tiene seguridad social; es decir, tiene que comprar las mismas medicinas ganando diez veces menos que un profesionista con empleo. Imposible.
La seguridad social tendría que ser el mecanismo que permita a una sociedad establecer condiciones a partir de las cuales se pueda hablar de un reparto menos injusto de la riqueza. No se puede minar las condiciones de la seguridad social de un país, tendrían que reforzarse. No se tendría que quitar prestaciones a las masas de trabajadores; se tendrían que quitar privilegios a los que más tienen. La ley de pensiones del ISSSTE va a impactar sobre todo a núcleos de población con una vulnerabilidad que algunos, gracias a nuestra suerte-compadrazgo-capacidad-disciplina-preparación, sólo tenemos que imaginarnos: ancianos, pobres y, sobre todo, ancianos pobres.
No me quejo por no tener seguridad social (aunque debería), me quejo por ver que hay una inmensa cantidad de personas que han pagado por décadas el dinero que les garantizaría una vejez y muerte decorosa, y ahora, simplemente, serán echados a la calle (pregúntenle a los pensionados del IMSS). En fin, que no hay mucho que decir cuando tan pocos quieren escuchar.

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