miércoles, enero 09, 2008

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Y otra vez, ahí vamos. Comienza un nuevo año y uno pone todas las expectativas en que, ahora sí, éste es el año. Comencé estrenando casa. No porque la haya comprado, sino porque me mudé a un espacio un poquito más agradable que el que tenía hasta el año pasado.
          Estrené cuñada, y eso porque el Pepe Güicho decidió casarse en los últimos días del año pasado. Ella se llama Erika y parece una buena persona. Se ve que quiere mucho a mi hermano. Y es que hay personas a las que se tiene que querer más que a otras. Porque lo necesitan. O porque se lo merecen. O porque lo están pidiendo a gritos. Mi hermano es un poco de las tres. Y tal que se casó en una ceremonia muuy emotiva que me dio una nueva perspectiva de las ceremonias nupciales. Con música coral y toda la cosa.
          Estrené gata desestresada. La Manchas descubrió las ventajas de tener balcón. Después, la ventaja que ese balcón comunique a otras azoteas. Y que esas azoteas estén pobladas de felinos la mar de variados. Hay uno que es casi el doble de Suadero, mi otro gato, si no fuera porque el suadero es más atlético y su blaco-y-negro pelaje está rematado con unos guantecitos la mar de simpáticos. Pues bien, que la Manchas descubrió que los gatos vecinos podían hacer mucho por su histeria de gata sexualmente insatisfecha y se lanzó a la tarea de conquistar la población de las azoteas vecinas de manera decidida y con un valor que le es completamente inherente. Se va por el día y regresa en la noche. O se va por la noche y regresa en la mañana. Aunque ayer ya fueron dos días seguidos que no la veo. Ojalá regrese. Lo hará menos desestresada.
          Estrené nuevo proyecto académico. La Universidad Iberoamericana me ofreció una beca para terminar un pendientillo que me viene jodiendo la vida desde hace cinco años. Y estoy pensando seriamente en aceptar tan generosa oferta.
          Estrené sueño. Es decir, puedo dormir lo suficientemente tranquilo como para despertarme descansado. En un insomne ocasional eso es mucho más de lo que puedo pedir.
          Estrené plaza laboral. El instituto en el que laboro extendió los contratos en régimen de objeto permanente de trabajo, por lo que se supone que la incertidumbre laboral se reduce un tanto cuanto.
          Estrené libro terminado (Raza de víctimas) que ojalá encuentre destino en la publicación. Y estrené nuevo libro en el tintero (o en el teclado, valga la alegoría); ése apenas se está gestando y no ha pasado de la etapa espermatozoidal.
          Estrenaré lap top. La Pancracia ha pasado a mejor vida y ahora estoy a la caza de una máquina que pueda acompañar mi manía escritural, lectora y medio maniática.
          En fin. Que parece el inicio de nuevas cosas en un año con una terminación que siempre me ha traído buenas cosas. Espero estrenar también lectores, amigos, cómplices, sobrinos, ahijados, esperanzas, luces, inteligencias, cariños...

Pd. Los mejores deseos y agradecimiento para mis dos lectores. Paz.

2 comentarios:

PVOT?... dijo...

me da muito muito gusto lo de sus nueva vida y casa con balcón pa gata de película italiana jajaj.

ira dijo...

No somos dos, no seas manchado.
Feliz año nuevo. Besos grandes.