martes, enero 27, 2009

El del temperamento melancólico

Yo, Lu y Luis

Hoy estuve con la nostalgia a tope. De repente me dio un apachurramiento que casi me deshace. Un ataque de ansiedad, de ésos tan intensos que uno de repente no sabe dónde termina el corazón y empieza el estómago. Y va uno de regreso a la infancia. Esa foto de arriba es de los pocos recuerdos que guardo de esa época.
         Tenía 5 años y pasaba junto con mi hermano y mi prima Lu la mayor parte del tiempo. No necesitábamos más que una tarde sin lluvia, unos cimientos de la casa grande que nunca se construyó, muchas sonrisas y un poquito de no saber qué había en el futuro. Bastaba con vivir, así, como venían las cosas. Los días de los niños son tan monótonos pero, al mismo tiempo, tan singulares. Uno le puede preguntar a un niño qué fue lo que hizo los días anteriores y, sin falla, el chamaco se soltará con una crónica que ni el mejor comentarista político. Así era de pequeño, hablador hasta el hartazgo. Creo que así sigo siendo.
         Ese caballo que se asoma detrás, era un cabrón. Sólo lo monté un par de veces. En una de ellas, me tiró al suelo y estuvo a dos centímetros de que sus herraduras destrozaran mi cabeza. Algo fuera de mi comprensión lo evitó. Porque, cada vez que veo esos accidentes en los que un jinete cae de un caballo desbocado que comienza a sotar coces, es evidente que es más probable que las patadas impacten en la cabeza del caído a que salga completamente ileso.
         Mi hermano siempre fue un figurín. Se ha casado. Tiene una nena hermosa que crecerá con el tiempo compartido de sus padres y la presencia constante de la abuela (mi madre). Casi como la presencia que mi propia abuela tenía con nosotros. Lu es cosmopolita. Ha vivido en Europa, dejó amores en España y extrañadores en Londres. Hoy da clases de inglés y trabaja para las transnacionales farmaceúticas.
         Yo quisiera ser ese mismo flaco de gorra de mezclilla que sonríe completamente desinhibido , que parlotea sin descanso y desconoce todo del futuro. Lo intento con denuedo. A veces resulta. Hoy no.

2 comentarios:

pvot?.. dijo...

NO REY, NECESITAS CAMPO, ABRAZOS Y PARAR UN RATITO

Jo dijo...

... a veces es buena la nostalgia... me gusto mucho leer esta parte de ti... por lo del cabron ese de crines... los adoro pero si son de esos.. no!

me alegro que solo haya sido susto sino... no podria leerte con la baba cayendoseme... (yo ando cursi)