viernes, marzo 16, 2012

Día veinte: un libro que me sorprendió por malo


Las rémoras de Eloy Urroz
No sé si “malo” sea el adjetivo que merezca este libro, pero sí fue, al menos para mí, bastante aburrido. Era la época en la cual el Crack emergía como el grupo literario en México que hablaba de un parricidio simbólico contra la literatura embaucabobos y lo que vino después del boom. Había leído las novelas de los otros autores (Volpi, Padilla, Palou, Chávez Castañeda, Herrasti) que me habían parecido, al menos, entretenidas, y, al final, estaba esta novela de Eloy Urroz.
         La premisa era interesante: la historia de dos personajes separados por varios kilómetros que se reconocen como reflejos uno del otro, pero que ninguno de los dos existe más que en la imaginación y la mente del otro. La sombra de Borges se suspendía sobre una premisa de ese tipo. Y sin embargo…
         La novela es larga, tediosa, llena de reiteraciones y de una prosa barroca que nunca ha sido de mi gusto. Nunca logró atraparme, antes me tentó a dejar el libro a la mitad. Lo concluí nomás por disciplina lectora, cuando todavía no asumía la posibilidad de dejar un libro inconcluso. Ahora es diferente. Pero en ese entonces llegué hasta la última página nomás para corroborar que no me había gustado.

Eloy Urroz, Las rémoras, México, Nueva Imagen, 1996.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya un profesor me había comentado de lo pésimo que era y es este libro. Me narro practicamente lo que comentas, sólo que agrego una cuestión: al final, los dos seres que se encuentran hablan del movimiento del "crack", como si hubiera sido el hecho capital de su encuentro o como decía Borges: para que narrar en quinientas páginas lo que bien puede decirse en una línea.

Saludos.